No es necesario revisar culpas y agravios,ni examinar cómo nos han lastimado.Hay que intentar deshacernos del resentimiento porque nos impide sentir alegría.Canalizarlo hacia algo positivo.
Cuando abrigamos resentimientos,sólo podemos pedirle a Dios que nos ayude,y que esta ayuda vendrá cuando Dios así lo disponga.Por ello estaremos tranquilos y esperaremos pacientemente.
"Ningún hombre puede pensar con claridad cuando tiene los puños apretados" George Jean Nathan.
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