En clase un niño ecuatoriano de 8 años y que iba a hacer la primera comunión,siempre me hablaba que en Ecuador estaba su padre y que él iba a ir allí y estaría con él.El niño ,muy querido por sus compañeros y siempre con una sonrisa en los labios,vivía en una mentira.
Una mañana,mientras hacían educación física,su madre entre lágrimas me contó la verdad.El niño no tenía padre,nadie lo esperaba en Ecuador.La abuela no era partidaria de decirle la verdad,y la mamá se encontraba muy agobiada.
Esa mañana hice una cosa sin pensar ,como si me guiaran.Le dije a la madre que antes de que entrara en la adolescencia tenía que decirle la verdad.Ella no se atrevía pero quería hacerlo.Mandé llamar al niño y con sonrisas le dije que su mamá le tenía que contar algo...
No se atrevió y yo intervine.El niño se quedó con los ojos como platos.Me salí del aula y los dejé solos.
El niño salió sonriente y la mamá, emocionada ,
se había quitado un peso de encima.
El niño creció y ahora es un chico fantástico.Nunca volvimos a hablar de ello.
Todavía hoy siento temor por la responsabilidad que asumí.El Divino Niño Jesús me guió ,aunque yo no lo conocía.
